lunes, 13 de diciembre de 2010

Temarios para el examen final





  1. Epistemología 
    1. Definiciones: Ciencias experimentales y Epistemología.
    2. Clasificación de las ciencias.
    3. El cientificismo.
    4. Relaciones entre ciencia, razón y fe (folleto pp. 7-9).
    5. Enlaces
      1. Sobre el clima artificial de pánico moral: http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/sobre-el-clima-artificial-de-panico-moral/gmx-niv902-con17809.htm
      2. La dimensión antropológica y cultural de la tecnología… http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2280
      3. Los límites del lenguaje científico: http://arvo.net/ciencia-2/los-limites-del-lenguaje-cientifico/gmx-niv873-con15162.htm
      4. La mente del universo: http://www.unav.es/cryf/lamentedeluniverso.html
  2. Bioética
    1. Definición.
    2. Necesidad de la Bioética.
    3. Origen de la vida y aborto.
    4. Reproducción asistida y Bioética.
    5. Personalismo y conservación de la vida.
    6. Principios o fuentes de la moralidad.
    7. El principio del doble efecto.
    8. Civilización de la muerte y eutanasia.

Civilización de la muerte y eutanasia


La eutanasia es el desprecio a la vida frágil, y necesitada de cuidado y atención. Con color de compasión e invocando un auténtico “humanismo” se ofrece una “ayuda” pensada más para las compañías de seguros, el estado, las clínicas y hospitales, y para los familiares (para todos una carga menos) que para el propio paciente. La eutanasia es una forma extrema de egoísmo, propia del individuo y no de la persona. Los que hoy matan amparados por estas leyes mañana perecerán víctimas de su propio invento.

Conceptos generales en torno a la Muerte Digna y a la Eutanasia

Sobre el suicidio asistido

Cuando se legaliza la eutanasia, se vuelve incontrolable

Eutanasia, calidad de vida y cáncer

"La medicina paliativa elimina el dolor, pero la eutanasia elimina al paciente"

"Pesadilla de la eutanasia para los más débiles"

La eutanasia a nivel mundial

Cómo refutar los argumentos a favor de la eutanasia y el suicidio asistido

¿Por qué NO a la Eutanasia?

La escalera

La dignidad de la persona

Eutanasia 100 preguntas y respuestas

Alegato a favor del respeto a la vida

Testimonios

Pacientes podrán solicitar eutanasia

A sus 77 años María Luz Arrieta no quiere que en caso de una grave enfermedad la responsabilidad de interrumpir su vida recaiga en su familia. Por esto firmó un documento en donde expresa su deseo de no prolongar su existencia artificialmente.
“Lo importante es poder decidir en mi sano juicio, no quisiera que estando yo inconsciente, esta responsabilidad moral grave, recaiga en mis hijos”, explicó.

Sobre la marcha, el caso de Luis de Moya

Tras el golpe tenía, en términos técnicos, una interrupción medular completa a partir de C-4: la misma que padezco ahora. Es una lesión medular que conlleva, entre otras alteraciones físicas, la pérdida de sensibilidad y movilidad desde las clavículas hasta los pies…

"Ramón Sampedro nos hizo mucho daño a todos los que tenemos su misma lesión"

Murió Terry Schiavo

Historia de Jack Kevorkian

El derecho a afrontar la muerte con dignidad

Por la Dra. María Dolores Vila-Coro

Un joven de unos 30 años que tomó la palabra, exclamó sin el menor reparo: «Yo aprendí la dignidad. Cuando mi hermana y yo teníamos 14 y 16 años, mi abuela se puso muy enferma. Falleció después de un proceso de deterioro que duró unos dos años. Mis padres trabajaban y comían a mediodía fuera de casa. Mi hermana y yo nos encargábamos de lavarla, curarla y atenderla desde que volvíamos del colegio hasta entrada la noche en que regresaban mis padres. Nunca olvidaré su enfermedad y, su recuerdo de mujer valerosa me acompañará toda mi vida. Algunas veces teníamos que ponerle calmantes porque tenía unos dolores terribles. Había que bañarla, vestirla, hacerle la cama y como no controlaba sus esfínteres había que volverla a lavar. Teníamos que cambiarla a menudo de posición porque se llagaba y, a pesar de nuestro gran cuidado, le salieron algunas llagas que se cubrieron de pústulas malolientes. No insisto en los detalles pero basta decir que en cuanto al deterioro físico se refiere, el de mi abuela era de consideración. Nunca, ni un momento, perdió el ánimo, la sonrisa, las palabras de afecto y de gratitud para mi hermana y para mí. Rezaba una breve oración en voz muy baja por si queríamos acompañarla y terminaba diciendo: "Que el Señor os bendiga por lo que hacéis por mi". Cuando su salud fue empeorando apenas hablaba, pero nos envolvía con una noble y generosa mirada llena de cariño y de infinita ternura... Emanaba dignidad, una dignidad que superaba, trascendía su cuerpo maltrecho».
Yo escuché el relato conmovida por la lealtad de los nietos y la sencillez y el respeto con que el muchacho hablaba de su abuela. Recordé las palabras de Gabriel Marcel en su estudio sobre «La dignitè humaine»: «La calidad sagrada del ser humano aparecerá con más claridad cuando nos acerquemos al ser humano en su desnudez y en su debilidad, al ser humano desarmado tal como lo encontramos en el niño, el anciano, el pobre».
Comprendí que no hay que hablar del derecho a una muerte digna, pero sí del derecho a afrontar la muerte con dignidad.

Más testimonios

lunes, 22 de noviembre de 2010

El principio del doble efecto



El principio del doble efecto establece que una acción con dos o más efectos posibles, incluyendo al menos uno bueno y otros malos es éticamente permisible si se cumplen las siguientes condiciones:

1. La acción debe ser buena o neutra.
2. La intención del actor debe ser correcta (se busca el efecto bueno).
3. Existe una proporción o equilibrio entre los dos efectos, el bueno y el malo.
4. El efecto deseado y bueno no debe ser causado por un efecto indeseado o negativo.




Caso Marianita



1. Analice la postura de los padres.
2. Analice la postura de la clínica.
3. Analice el caso de los embriones descartados como un caso de eugenesia.
4. Comente las intervenciones de sus compañeros.



lunes, 8 de noviembre de 2010

Principios o fuentes de la moralidad





Lo bueno, el bien y la ética
Difícilmente puede hallarse una pregunta de mayor interés: ¿Qué es lo bueno? ¿qué es el bien? Porque todo hombre guarda en lo más hondo de su ser el deseo invencible de ser bueno y de hacer lo bueno. Si hace el mal es porque le deslumbra la partecilla de bien con la que el mal se reviste…
Así nace la ciencia que llamamos Ética (de ethos: costumbre o modo habitual de obrar), que investiga lo que es bueno hacer, de modo que, haciéndolo, alcancemos la perfección humana posible y por tanto la satisfacción de nuestros más hondos deseos, es decir, la felicidad.
Cuando se dice que algo "es ético" o que "no es ético", se está diciendo que es o no es bueno. Ahora bien, si casi todos coincidimos en que nuestra conducta ha de ser "ética", no siempre estamos de acuerdo en "lo que es ético". Lo que parece "ético" a unos, puede resultar una monstruosidad a otros.

El fin y los medios
En una anterior ocasión imaginábamos humorísticamente a unos sujetos un tanto perturbados por lecturas «políticamente incorrectas». Uno de ellos fue a un psiquiatra que le aconsejaba —para tranquilizarle— que se olvidara del supuesto orden entre los medios y los fines. «¿Qué importa que una cosa sea fin o medio? —decía el galeno—, en realidad, todo es fin y todo es medio, por eso nada es medio ni es fin... A lo que responde el paciente: -Pues mire, doctor, esto mismo me dijo el zapatero. Tenía unos zapatos de excelente diseño. Pero yo tenía los pies grandes y no me cabían. La solución estuvo conforme con su teoría. Llamó al traumatólogo y me cortó los dedos de los pies. Ahora, fíjese, los zapatos me sientan perfectamente -claro que sí, hombre. Usted creía que el pie era el fin y los zapatos los medios. Una vulgaridad. Debemos ser creativos…
Esta especie de locura que consiste en prescindir, a la hora de actuar, del orden natural entre el fin y los medios adecuados, tan difundida, explica gran cantidad de crímenes no sólo contra «la humanidad» abstracta, sino contra millones de personas concretas, con rostro, nombres y apellidos. Se adopta una conducta y el pensamiento se adapta como sea para justificarla. Se construye una teoría moral y se hace como Procusto. Procusto no era el nombre de pila del mítico posadero de Eleusis. Se llamaba Damastes, pero le apodaban Procusto que significa «el estirador», lo cual sólo se comprendía cuando mostraba su sistema particular de hacer amable la estancia a sus huéspedes. Deseoso de que los más altos estuvieran cómodos en sus lechos, se aseguraba de que éstos tuvieran la medida exacta cortándoles - a los huéspedes - la porción sobresaliente de sus miembros. A los bajitos les ataba grandes pesos en los pies hasta que alcanzaban la estatura justa del lecho. Menos mal que Teseo, forzudo atleta, puso fin a las locuras del posadero devolviéndole con creces el trato que dispensaba a sus ingenuos clientes.
Fines y medios no son valores independientes, que se puedan juzgar por separado, porque los fines de alguna manera proceden de los medios; si no, no se conseguiría ningún fin: nadie da lo que no tiene. Es absolutamente imposible que un medio injusto conduzca un fin justo; sería una tremenda contradicción. El fin alcanzado por medios injustos pierde su calidad de fin y no puede ser bueno. «La naturaleza de los fines está implicada en la naturaleza de los medios —dice J.M. Ibáñez-Langlois—. En cierto modo los medios contienen ya el fin; los procedimientos anuncian el resultado. Predicar, matar, conmover, forzar, orar, no son medios neutros que sirvan para cualquier fin: cada uno lleva implícito el resultado». La bala lleva consigo la muerte.


El objeto, el fin y las circunstancias
El acto externo (u objeto), y el interno (o intención), son como dos caras de la misma moneda, dos aspectos de un mismo acto. Para que una moneda sea buena, de modo que valga lo que anuncia, es preciso que sus dos caras--no una sola--sean buenas y no falsas. Bastaría que una cara fuese falsa, para que toda la moneda lo fuera. Así también, para que un acto humano sea moralmente bueno, es necesario que tanto el objeto como la intención sean buenos. Intención y objeto son, por eso, dos principios fundamentales de moralidad.
Ahora bien, ¿basta la consideración conjunta del objeto y de la intención para calificar con exactitud la moralidad de un acto humano? La moral católica ha advertido siempre que se debe contar con otro principio o fuente de moralidad, que si no es "fundamental" es, sin embargo, importante, y a veces mucho.
Todo acto humano se realiza entreverado con una serie de circunstancias que aumentan o disminuyen su propia bondad o maldad.
Las circunstancias pueden hacer que una cosa buena se haga mejor o que una cosa mala se haga peor. Lo que no podrán hacer nunca las circunstancias es que un objeto intrísecamente malo se convierta en moralmente bueno…

Caso Youk

Thomas Youk, de 52 años, sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig.

ELA debilita poco a poco los nervios a los músculos, causando dificultad para respirar, parálisis y finalmente la muerte.

Youk había sufrido de ELA durante dos años y cada vez tenía problemas para respirar y tragar. Se puso en contacto con el Dr. Jack Kevorkian de Michigan.




 
Según informó CNN, el pasado domingo 22 de noviembre de 1998, el Dr. Jack Kevorkian apareció en televisión, en el programa "60 Minutes" de CBS, mostrando cómo mató al Sr. Thomas Youk, de 52 años, que sufría de la enfermedad Lou Gehrig. El Dr. Kevorkian, más conocido como "El Doctor Muerte", ha ayudado a suicidarse a más de 120 personas y, aunque parezca increíble, ha salido absuelto en tres ocasiones de los cargos presentados contra él en el Estado de Michigan, EE.UU., donde reside. Pero esta es la primera vez, que se sepa, en la que él mismo apretó el botón de su "máquina de suicidio asistido" que le suministró la sustancia letal al paciente. El hecho ocurrió el pasado 17 de septiembre, dos días después de que Kevorkian visitara a su víctima, quien, junto con su familia, le pidió este acto homicida al patólogo retirado.



 

Kevorkian puesto en libertad



Para nuestra reflexión

1. Sobre la actuación del Sr. T. Youk, determine: el objeto, el fin y las circunstancias.

2. Sobre la actuación del Dr. Kevorkian, determine: el objeto, el fin y las circunstancias.

3. Desde la sana bioética califique la actuación del Sr. Youk.

4. Desde la sana bioética califique la actuación del Dr. Kevorkian.

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.

Para pensar

La Iglesiano tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. El único Cristo funda la única Iglesia; Él es la roca sobre la que se cimienta nuestra fe. Apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia. 
(Benedicto XVI en Barcelona, 2010)

lunes, 11 de octubre de 2010

Caso y temarios





Caso

Tres pensadores discuten y cada uno sostiene una tesis diferente... 
Tesis A: Hay criterios/normas éticos universales; Tesis B: Hay criterios/normas éticos para cada sociedad; y, Tesis C: Los criterios/normas éticos son solamente personales.

¿Las tres posiciones son mutuamente excluyentes? Explique.



Temarios



  1. Epistemología
    1. Definiciones: Ciencias experimentales y Epistemología.
    2. Clasificación de las ciencias.
    3. El cientificismo.
    4. Relaciones entre ciencia, razón y fe (folleto pp. 7-9).
  2. Enlaces
    1. Sobre el clima artificial de pánico moral: http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/sobre-el-clima-artificial-de-panico-moral/gmx-niv902-con17809.htm
    2. La dimensión antropológica y cultural de la tecnología… http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2280
    3. Los límites del lenguaje científico: http://arvo.net/ciencia-2/los-limites-del-lenguaje-cientifico/gmx-niv873-con15162.htm
    4. La mente del universo: http://www.unav.es/cryf/lamentedeluniverso.html
  3. Bioética
    1. Definición.
    2. Necesidad de la Bioética.
    3. Origen de la vida y aborto.
    4. Reproducción asistida y Bioética.
    5. Personalismo y conservación de la vida.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Personalismo y conservación de la vida

«La persona humana es el punto más alto del designio creador de Dios para el mundo y la historia». (Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea General de la ONU, Nueva York, 18 de abril de 2008)





Persona y dignidad

Hoy casi nadie niega en teoría que todo hombre es "persona". Tiempo ha habido en el que se discutió sobre si la mujer lo era; o si los negros, indios y esclavos en general, tenían "alma". Se trataba de dilucidar -o de confundir, según los casos- la igualdad o desigualdad radical entre los seres humanos todos. Hoy, las expresiones "dignidad humana", "dignidad personal", "derechos humanos", están siendo muy empleadas, y esto es bueno… 

En la práctica se niega la igualdad de derechos - lo cual es tanto como negar la igualdad de "ser" o de "naturaleza" - a los seres humanos no nacidos, o nacidos con alguna deficiencia notable, o a los enfermos que suponen una carga para la familia o para la sociedad, a los deficientes mentales, etcétera. En los últimos lustros se extiende además la práctica de la manipulación genética en embriones humanos, como si fueran simples objetos, medios o instrumentos para beneficio de los (adultos) poderosos del momento o de la circunstancia…

Por "persona" se entiende en la filosofía medieval una hypóstasis o suppositum, que como tal no se distingue de las demás sustancias, pero cuya naturaleza es racional. Lo que hace que la persona sea un ser superior no es el hecho de ser substancia, sujeto subsistente (en sí y no en otro), sino la racionalidad. La persona es una sustancia individual de naturaleza racional. La racionalidad se entiende como una cualificación de la sustancia que la eleva por encima de todas las demás y le presta una excelencia que merece un "miramiento" particular…

A los hombres nos fascina el mundo sensorial, y sentimos la tentación de rendirnos sin condiciones a sus encantos inmediatos. Pero al poco de gozarlo, el encanto se nos esfuma, se desvanece, desaparece de nuestro corazón como el agua entre los dedos. ¿Por qué? Porque el "ser" del hombre es más, supera, trasciende infinitamente el orden de los sentidos, de lo material e incluso de lo temporal.

La misma "in-satisfacción" o "in-comodidad" que - no sólo a la larga, sino bastante a la corta - produce la hartura de los sentidos, es un testimonio elocuente de la desproporción que existe entre el "ser" del hombre y el "ser" de lo que se le ha ofrecido para su satisfacción.

El hombre insaciable de sensaciones manifiesta que "es más" que sensación. El hombre "supera infinitamente al hombre", decía Pascal. En otros términos: el hombre nace para ser infinitamente más de lo que es; para superarse a sí mismo más allá de toda previsión biológica. Lo presentimos, lo atisbamos, pero la fascinación sensorial puede vencer ese impulso originario al infinito y eludir la profundidad de la pregunta "¿Qué es el hombre?".


Desvelamiento de la dignidad de la persona




Yo soy lo "otro" que tú y tú eres lo otro que yo. "Yo" connota tanto mismidad como alteridad. Tú y yo somos "yoes" y en esto coincidimos: en el modo de ser, en la naturaleza o esencia; pero hay algo en lo que diferimos radicalmente, que es lo que se ha llamado acto de ser. El acto de mi ser o lo que me hace ser en acto es justamente lo que me hace ser yo y es radicalmente mío y de nadie más. Mi existencia, en efecto, se manifiesta incomunicable, como mismidad. Yo soy radicalmente otro respecto a todo lo demás. En el diálogo con las demás "personas" me experimento como una radical alteridad. Nadie puede decir yo en mi lugar ni yo puedo decirlo en lugar de otro. Pues bien, al que puede decir "yo" -con el sentido expuesto, no como un papagayo - le llamamos "persona". La mismidad es una característica de la persona: el "ser sí mismo". "Mismidad" y "alteridad" son términos correlativos…

Siguiendo con la experiencia del yo, advertimos que "ser sí mismo" comporta la experiencia del dominio sobre lo que uno hace. Yo vivo con la convicción de que poseo un conjunto determinado de facultades y potencias con las que entiendo, quiero, actúo, proyecto, etcétera, que son mías. Yo soy dueño y propietario de mis actos y por tanto de mí mismo. "Ser sí mismo" equivale a "ser de sí mismo".

¿De quién es la persona? Es una pregunta que no tiene mucho sentido. La persona no es ni puede ser de nadie más que de sí misma. El color es del pigmento, el peso es del cuerpo, la medida es de la extensión, el yo no es de nada ni de nadie. La persona es un ser que desde su inicio es completo, acabado, clausurado en su existencia (aunque no en su operación, siempre abierta al desarrollo o perfeccionamiento de su organismo, a nuevos actos, a nuevos horizontes y con necesidad de enriquecerse como persona en el trato con otras personas). La persona no es rigurosamente hablando de nadie. «Ser de alguien» es precisamente la negación del ser personal, la cosificación de la persona. Los padres - es el caso más comprensible - que consideran a sus hijos como algo que les pertenece en propiedad, no han entendido la noción de persona, no tratan a sus hijos como personas. Es verdad que son «hijos suyos», ellos los han traído al mundo, ellos los han procreado, pero lo que han procreado, por su propia naturaleza, no es nada «suyo». El hijo no es una realidad «adjetiva», sino «sustantiva», con un ser (personal) irreductible al ser de los padres me refiero tanto al padre como a la madre). La relación de paternidad/maternidad no es una relación de propiedad. El hijo no es una parte de la madre ni siquiera cuando antes de nacer está en su seno y vive a sus expensas. La diferencia entre persona y cosa hemos de comenzar a verla desde ahí, o no la veremos nunca…

La experiencia de ser origen y dueño de mis actos comporta la experiencia íntima de la libertad: yo soy origen de mis actos, pero de tal manera que puedo originar una acto determinado o no originarlo, según mi voluntad. Puedo querer o no querer. Puedo incluso querer o no querer mi querer. Esto es lo específico de la libertad: la posibilidad no sólo de querer, sino de querer reduplicativamente, es decir, de poder querer mi querer o no querer y de poder no querer mi querer o no querer…


La dimensión supracósmica de la existencia humana




Si el alma es inmortal, por ser incorruptible, por ser espiritual, por carecer de partes, de composición, y ser en sí, existir de suyo desde el momento de la creación, entonces todos sus actos libres, "personales" tienen también una dimensión de eternidad. Cada uno de nuestros actos, que sucedan ahora, en el tiempo, gravitarán decisivamente sobre nuestra eternidad…

La libertad es una manifestación de la índole espiritual del alma humana. El acto supremo en el que la libertad se manifiesta es aquél en el que demuestra su trascendencia y dominio sobre el cuerpo… Mi cuerpo, lo que en mí es pura materia, puede estar arrojado a un calabozo inmundo, mis manos y mis pies encadenados, pero a pesar de ello yo sigo siendo libre, y aun cuando no sea dueño de mi corporalidad siempre podré decir que no a lo que se me pide. El hombre es libre porque su espíritu está por encima de todos los poderes terrenos, y son muchos los seres humanos que han demostrado así la victoria del espíritu sobre el cuerpo, el triunfo de lo que no es visible en su ser, sobre aquello que podemos percibir con nuestros sentidos…

Es de advertir que esta concepción del hombre como trascendente al cosmos es muy razonable, aunque haya quienes no la comprendan… Quien conserve un cierto sentido metafísico - por lo demás, natural al ser humano desde que despierta al uso de razón -, puede entender perfectamente lo que dice seguidamente John Eccles: «Del alma podemos conocer muchas cosas: los sentimientos, las emociones, su percepción de la belleza, la creatividad, el amor, la amistad, la libertad, los valores morales, los pensamientos, las intenciones... Es decir, todo "nuestro mundo"; en otras palabras: lo más específicamente humano. Porque todo esto que acabo de mencionar se relaciona con la voluntad. Y es en la experiencia de la voluntad donde se estrella el materialismo y cae por su base. El materialismo no puede explicar el hecho de que yo quiera hacer algo y lo haga.

»De una parte, la actividad cerebral nos permite realizar acciones de modo automático. Hay mucho automatismo en nuestra conducta. Pero también es claro que existe un nivel de conciencia en el que la originalidad de la decisión es patente. Por ejemplo, cuando camino, "quiero" ir más deprisa o más despacio. Incluso podemos envolver casi todo en la conciencia: "quiero" andar con aire de Charlot, pensando cada paso y cada movimiento...»

Sobre la fácil pero falsa reducción del alma a cerebro es también ilustrativo lo que dice el eminente científico: «Hasta hace poco, nada sabíamos de ondas electromagnéticas y de áreas cerebrales, y hay gente que no lo sabe tampoco ahora. Pero todos, y desde antiguo, sabemos de "nuestra vida". Y nuestra vida la expresamos en palabras y acciones, para lo cual necesitamos obviamente el cerebro, pero también necesitamos muchas veces de la laringe o de los músculos de la mano; y ni la laringe ni la mano son el origen o la explicación de "nuestra vida". Tampoco lo es el cerebro. El cerebro no explica qué es y cuál es el origen de "nuestra vida" humana, personal, inteligente y libre. Desde luego es muy importante investigar sobre la físico química cerebral, pero quien sabe de "nuestra vida" es nuestro "yo", no el cerebro. Y nuestro "yo" no es en modo alguno un producto físico químico».


La persona, fin en sí misma, no de sí misma




El valor de la persona es tal -escribía el entonces Cardenal Karol Wojtila, luego Juan Pablo II- que ante ella sólo el amor es la actitud justa. Y el amor quiere al otro por sí mismo, no porque le sirva o resulte útil. La persona no se encuentra en la lista de las cosas "útiles" o "instrumentales". Por eso dice A. Rodriguez Luño: "siempre que tu acción se refiera a la persona, propia o ajena, no olvides que no estás ante un simple medio instrumental; ten en cuenta, por el contrario, que ella tiene también su propia finalidad."
La pareja que se crea con "derecho" a "tener un hijo", está negando al hijo la cualidad y los derechos de la "persona"; niega de hecho que sea "un fin en sí mismo" y lo convierte en "medio" para satisfacer las propias apetencias, cosa que no hace ni el mismo Dios. No cabe olvidar que en ningún caso el fin bueno justifica un comportamiento intrínsecamente malo. Y, sin duda, tratar a la persona como medio, es muy grave.

La persona que se arroga el "derecho" no de engendrar mediante un acto de amor (único modo digno de poner en la existencia a una persona), sino de "producir" el ser de otra persona, está tomando a la persona no como lo que es y ha de ser -un don del Creador-, sino como una cosa de la que puedo disponer a mi antojo, como algo que está a "mi servicio", como un "medio" de satisfacer apetencias que pueden ser muy nobles, pero que no justifican la reducción de lo que sustancialmente es fin, a un simple "medio para mí".

Ya se comprende que instrumentalizar, objetualizar, cosificar de un modo u otro la persona es algo monstruoso: éticamente, o lo que es lo mismo, humanamente hablando es una barbaridad, un acto salvaje, vale decir un "sacrilegio", porque no en balde se ha dicho siempre en el cristianismo y aun al margen de él, que la vida humana - toda vida humana - es sagrada . Y lo es cualquier que sea su raza, su buena o mala formación o su pequeño o grande tamaño.


Personalismo



Es toda aquella doctrina que mantiene el primado ontológico, ético y social de la persona. Más que de un sistema claramente delimitado, se trata de una concepción de contornos poco delineados y que engloba bajo sí posturas filosóficas de tendencia muy diversa con el denominador común de la exaltación de la dignidad de la persona.



Características fundamentales del personalismo:

1) Primacía de la persona en el orden óntico; todo el dinamismo del ser culmina en la personalización, de tal modo que, como señala E. Mounier, para el p. es la persona la realidad central del universo.

2) Como consecuencia, el p. se pone a toda doctrina que disminuye el valor óntico de la persona, ya por reducirla a «uno más» entre los seres de la naturaleza -caso de las diversas formas de materialismo- ya por considerarla como una mera epifanía de un principio superior -caso del idealismo absoluto.

3) Éticamente, la dignidad de la persona se cifra en que es la única que tiene capacidad para realizar los valores.

4) En la esfera socio-política el p. se opone tanto al colectivismo o comunismo como al individualismo.


Para nuestra reflexión

1. ¿El pensamiento y la persona, la libertad y el amor no son más que una combinación -aunque complejísima - de elementos materiales?

2. ¿El hombre es una “pasión inútil”?

3. ¿El personalismo sigue vigente?

4. Analice el siguiente caso: http://www.amnesty.org/es/news-and-updates/news/aumenta-presion-justicia-mujeres-solaz-20090814 , ¿cabe la pena de muerte para los protagonistas del abuso?

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.


Para pensar

En cada época, también en nuestros días, numerosos jóvenes sienten el profundo deseo de que las relaciones interpersonales se vivan en la verdad y la solidaridad. Muchos manifiestan la aspiración de construir relaciones auténticas de amistad, de conocer el verdadero amor, de fundar una familia unida, de adquirir una estabilidad personal y una seguridad real, que puedan garantizar un futuro sereno y feliz… Desear algo más que la cotidianidad regular de un empleo seguro y sentir el anhelo de lo que es realmente grande forma parte del ser joven. ¿Se trata sólo de un sueño vacío que se desvanece cuando uno se hace adulto? No, el hombre en verdad está creado para lo que es grande, para el infinito. Cualquier otra cosa es insuficiente. San Agustín tenía razón: nuestro corazón está inquieto, hasta que no descansa en Ti. El deseo de la vida más grande es un signo de que Él nos ha creado, de que llevamos su “huella”. Dios es vida, y cada criatura tiende a la vida; en un modo único y especial, la persona humana, hecha a imagen de Dios, aspira al amor, a la alegría y a la paz. Entonces comprendemos que es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva. (Benedicto XVI)


lunes, 23 de agosto de 2010

Reproducción asistida y bioética



La inseminación artificial (IA) puede realizarse con semen fresco o congelado que puede ser:

a) del marido o IA homóloga (IAH),

b) de un donante anónimo o IA heteróloga por donante (IAD).

Hecha esta distinción, ¿qué podemos decir de cada una de ellas? No es difícil descubrir la convergencia/divergencia de intereses de los padres, de los científicos, de la sociedad, de la Iglesia y del niño concebido. ¿Quién debería mediar y buscar la mejor solución? Cada año, nacen en Estados Unidos por medio de la inseminación artificial entre 30 mil y 75 mil niños...


El hijo a cualquier precio en el mercado de la fertilidad

La realidad francesa, similar a la española, es que “hay poca información sobre la tasa de éxito en la técnicas de fecundación in vitro. Las clínicas dan porcentajes de entre el 20 y el 30 por ciento”, afirma el doctor Guillermo López, director de Ginecología de la Clínica Universitaria de Navarra. “En medicina, una técnica con un 70 por ciento de fracasos no se haría, no se admitiría, pero aquí todo vale. Como las familias buscan el hijo desesperadamente, se les ofrecen novedades, añadidos que puedan darles más garantías y se encarece todo el proceso técnico: es una industria muy rentable y las posibilidades son muy amplias”.



El 49% de las parejas donan los embriones para investigación

La ciencia también se beneficia de la tradicional solidaridad de los donantes en España. Un estudio ha constatado que el 49% de un centenar de parejas andaluzas que se sometieron a tratamientos de fecundación in vitro (FIV) ha donado los embriones sobrantes para investigar con células madre.

La legislación española proporciona cuatro salidas para este material biológico. Una es la donación para la ciencia, vinculada siempre a un proyecto concreto del que debe informarse a la pareja, que fue la opción elegida por el 49%. Otra es conservar los embriones durante el periodo de fertilidad de la mujer porque la pareja estima probable que aumentará la descendencia en el futuro. A esta vía se acogió el 44% de las familias entrevistadas.

La tercera alternativa consiste en donar los embriones a otras parejas con dificultades para reproducirse. Fue elegida por menos del 7% de las personas consultadas. Este reducido porcentaje, según Cortés, arranca del rechazo de las parejas a la posibilidad de que sus hijos biológicos se integren en otras familias y "no conozcan a sus hermanos".

La última posibilidad que contempla la ley española es la descongelación sin ningún fin, lo que en la práctica significa destruir los embriones sobrantes. Sólo una de las 97 parejas estudiadas se inclinó por deshacerse de los embriones.



El precio humano de la nueva tecnología biomédica. Entrevista con Leon R. Kass



La medicina moderna se está haciendo más poderosa en su combate contra la enfermedad, la vejez y la muerte, en un progreso por el que debemos estar muy agradecidos. Pero si observamos los avances –o los proyectos– en tecnología genética y reproductiva, en neurociencia y en psicofarmacología, en el desarrollo de órganos artificiales e implantes de chips, etc., vemos que algunas de estas nuevas prácticas sobrepasan los objetivos tradicionales de la medicina, a saber, curar la enfermedad y aliviar el dolor. Algunos las celebran sin objeciones: unos pocos científicos y biotecnólogos, quienes los financian, los futurólogos y los "partidarios de la inmortalidad".

Podemos iniciar una deshumanización del hombre, de cuyas consecuencias aún no somos conscientes. Por ejemplo, la investigación con células madre embrionarias: no es sólo que se destruyan los embriones, es que además nosotros –quienes los empleamos– nos insensibilizamos, corrompemos y desnaturalizamos.



Tecnologías de la reproducción



La tecnología de la reproducción asistida es una de las más debatidas de la medicina hoy. El primer niño nacido en este país como resultado de una fertilización in vitro fue en l98l. En l997, el último año del cual tengo cifras había 24.000 nacidos por fertilización in vitro. Esto trae la pregunta de si la infertilidad es una enfermedad. ¿Es una enfermedad el no quedar embarazada?

Hay un mercado muy grande de embriones congelados. Hay alrededor de 50.000 embriones en varios criobancos en el país. ¿Qué podemos hacer? La congelación solamente preserva el embrión por cinco o seis años. Algunos empresarios tienen su respuesta: Véndalos. Un reportero de la empresa mostró que si usted va a Columbia University pueden preguntarle qué clase de bebé quiere, según su físico, su ancestro étnico, sus bases educativas, y ellos escogerán un embrión congelado que coincida perfectamente con lo que usted quiere, se lo venden e implantan en el vientre de su esposa o de su compañera, todo por $2.750.






Reino Unido: Dos hijos de la probeta quieren conocer a su padre. Apelan a la Convención Europea sobre los Derechos Humanos





Criterios orientadores de la investigación científica


La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites. Sería por ello ilusorio reivindicar la neutralidad moral de la investigación científica y de sus aplicaciones. Por otra parte, los criterios orientadores no se pueden tomar ni de la simple eficacia técnica, ni de la utilidad que pueden reportar a unos a costa de otros, ni, peor todavía, de las ideologías dominantes. A causa de su mismo significado intrínseco, la ciencia y la técnica exigen el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la moralidad: deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables y de su bien verdadero e integral según el plan y la voluntad de Dios.






Para nuestra reflexión


1. ¿Cuál es la principal objeción ética contra la IA?

2. ¿Debería acceder a la IA una mujer, soltera, en unión libre o viuda?

3. Nombre dos criterios objetivos que deben considerar todos aquellos que están pensando en recurrir a la IA.

4. ¿A los esposos les asiste el derecho a tener un hijo? Explique.

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.


Para pensar


Queridos hermanos y hermanas, como decía el miércoles pasado, probablemente nosotros no estamos llamados al martirio, pero ninguno de nosotros está excluido de la llamada divina a la santidad, a vivir de una manera elevada la existencia cristiana y esto implica tomar la cruz de cada día sobre uno mismo. Todos, sobre todo en nuestro tiempo en que parecen prevalecer egoísmo e individualismo, debemos asumir como primer y fundamental compromiso el de crecer cada día en un amor más grande a Dios y a los hermanos para transformar nuestra vida y transformar así también nuestro mundo. Por intercesión de los Santos y de los Mártires pidamos al Señor que inflame nuestro corazón para ser capaces de amar como Él nos ha amado a cada uno de nosotros. (Benedicto XVI)