jueves, 12 de noviembre de 2009

El Círculo de Viena y la epistemología de Karl Popper



El Círculo de Viena

Como características del grupo se podría destacar su posición antimetafísica, su análisis del lenguaje, el recurso a la lógica y su defensa de los métodos de las ciencias naturales y de las matemáticas. Las raíces de estas posiciones se encuentran fundamentalmente en el empirismo de Hume y Locke, el positivismo de Comte y el empirocriticismo de Mach, que basan toda fuente de conocimiento en la experiencia. Esto significa que rechazaban todo tipo de conocimiento apriorístico (anterior a la experiencia) y cualquier proposición que no pudiera ser confrontada por la experiencia.

http://uy.kalipedia.com/filosofia/tema/filosofia-sigloXX/monografia-circulo-viena.html?x=20070718klpprcfil_447.Kes

Filosofía del lenguaje

Las relaciones entre pensamiento y lenguaje son tan antiguas como la filosofía, pero desde principios del siglo XX se multiplican las obras de pensadores y científicos que, con parecida actitud a la del positivismo del XIX, tratan de averiguar la coherencia formal del lenguaje, tanto del lenguaje científico como del lenguaje común. Esta corriente filosófica recibe el nombre, según los casos, de neopositivismo, positivismo lógico, filosofía analítica, filosofía del lenguaje. En el fondo, se trata del empirismo de Hume, pero aplicado a las proposiciones del lenguaje…

La epistemología de Karl Popper (1902-1994)



http://www.unav.es/gep/AF69/AF69Navarro.html


El criterio de falsabilidad

Según este criterio es posible establecer una demarcación entre ciencia y no ciencia. Una teoría científica no es aceptable a menos que sea falsable. El que una teoría sea compatible con todos los hechos conocidos no muestra que la teoría es verdadera, muestra más bien que no es una teoría científica. La probabilidad de que una teoría, una proposición, una hipótesis, etc., sean verdaderas es un criterio insuficiente, pues hay hipótesis sumamente probables que no explican nada, o casi nada. Las proposiciones científicas son aquellas que son falsables o refutables. Por eso la ciencia consiste no sólo en confirmación de hipótesis, sino en pruebas para ver si las hipótesis son falsables.

Falsabilidad significa lo mismo que contrastabilidad o refutabilidad. Lo que distingue a los sistemas científicos es que son teorías de las que pueden deducirse conclusiones que pueden ser “contrastadas” con la experiencia (la contrastación puede ser positiva o negativa, según que las conclusiones estén o no de acuerdo con la experiencia; si no lo están la teoría queda “falsada” o “refutada”).

El rechazo de la inducción

Este filósofo sostiene que la ciencia no consiste en una colección de observaciones de las cuales inferimos leyes o hipótesis, sino en un examen crítico de hipótesis destinado a eliminar las que conduzcan a conclusiones falsas. La inducción no existe; por lo tanto, no puede funda mentar nada, y no existen métodos basados en la simple rutina. Es erró neo pensar que la ciencia empírica procede mediante métodos inductivos. Se suele afirmar que una inferencia es inductiva cuando proviene de aserciones singulares, como los informes sobre resultados de observaciones o experimentos, y llega hasta aserciones universales, por ejemplo, hipótesis o teorías.

La historia del «pavo inductivista» mencionado por Bertrand Russell puede servir para ilustrar la cuestión. Desde el primer día dicho pavo observó que en el criadero al cual se le había llevado se le daba comida a las 9 de la mañana. Como buen inductivista, no se apresuró a extraer conclusiones de sus observaciones, y llevó a cabo otras cosas, en una amplia gama de circunstancias: los miércoles y los jueves, en días calurosos y días fríos, con lluvia o con un sol resplandeciente. De este modo, cada día enriquecía su elenco con una proposición observacional en las más diversas condiciones. Por último, su conciencia inductivista quedó satisfecha y elaboró una inferencia inductiva como la siguiente: «Siempre me dan la comida a las 9 de la mañana.» Sin embargo, esta conclusión se mostró indiscutiblemente falsa la víspera de Navidad, cuando en vez de ser alimentado fue degollado.

La mente no es una “tabula rasa”

Vinculada con la teoría de la inducción, encontramos otra idea según la cual la mente del investigador debe carecer de supuestos previos, de hipótesis, de sospechas y de problemas. En definitiva, debe ser una tabula rasa en la que más tarde se refleje el libro de la naturaleza. Popper llama «observativismo» a esta noción y considera que es un mito. El observativismo es un mito filosófico porque en realidad nosotros somos una tabula plena, una pizarra llena con los signos que la tradición o evolución cultural ha dejado en su superficie. La observación siempre está orientada por expectativas teóricas y Popper afirma que ese hecho «se puede ilustrar mediante un sencillo experimento que deseo llevar a cabo, con el permiso de ustedes, utilizándoles a ustedes mismos como conejillos de Indias. Mi experimento consiste en pedirles que observen, aquí y ahora. Espero que todos colaboren y que observen. Sin embargo, temo que alguno de ustedes, en vez de observar, experimentará un fuerte impulso a preguntarme: “¿Qué quiere que observe?” Si tal es su pregunta, mi experimento habrá tenido éxito. Lo que intento poner en evidencia es que, si nos proponemos observar, hemos de tener in mente una cuestión definida, que estemos en condiciones de decidir mediante la observación.

Siempre operamos mediante teorías aunque a menudo no seamos conscientes de ello. «La observación pura, la observación carente de un componente teórico, no existe. Todas las observaciones —y en especial todas las observaciones experimentales— son observaciones de hechos realizadas a la luz de esta o de aquella teoría.»

La teoría de los tres mundos

Una de las más discutidas ideas de Popper es la llamada “teoría de los tres mundos”: el mundo de las cosas materiales, el mundo subjetivo de los procesos mentales y el mundo de los productos de la actividad de organismos (productos culturales).

Aun admitiendo que la producción de teorías y argumentos es un fenómeno real, pertenece al mundo 2 de los procesos subjetivos: lo verdaderamente importante para la ciencia y para la teoría del conocimiento no son esos procesos subjetivos (que son reales), sino los contenidos objetivos de las teorías y argumentaciones (objetos del mundo 3), ya que los procesos subjetivos son irrelevantes para la valoración objetiva de los objetos del mundo 3.

La sociedad abierta y sus enemigos

Popper no abriga en modo alguno una actitud hostil hacia el cristianismo. Cuando, exilado en Nueva Zelanda y en medio de las tribulaciones de la última guerra, escribe La sociedad abierta y sus enemigos, encuentra en la religión cristiana uno de los escasos aliados que el hombre ilustrado racionalista puede encontrar frente a la furia desatada del historicismo y el irracionalismo.

http://arvo.net/filosofia-de-la-ciencia-criti/la-filosofia-de-popper/gmx-niv568-con12068.htm

Ponencia leída en el Seminario “Popper a 100 años de su nacimiento”, organizado por el Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Valparaíso, 27-29 de noviembre de 2002, por el Profesor de Filosofía en la Universidad de Münster (Alemania), Dr. Ulrich Hoyer.

http://www.observacionesfilosoficas.net/popperadolfo.htm


El término de una búsqueda sin término

http://arvo.net/filosofia-de-la-ciencia-criti/filosofia-de-la-ciencia-criti/gmx-niv568-con16940.htm

Popper y el relativismo

http://arvo.net/filosofia-de-la-ciencia-criti/filosofia-de-la-ciencia-criti/gmx-niv568-con16941.htm


Para nuestra reflexión

1. Valore la crítica de la inducción que hace Popper.

2. Valore la tesis de Popper sobre la mente entendida como “tabula plena”.

3. Comente: Nunca podemos estar completamente seguros de nada. Sin embargo, buscamos la verdad, y podemos acercarnos cada vez más a ella, con tal que utilicemos el método de «ensayo y error» o de «conjeturas y refutaciones».

4. Valore la relación entre el Círculo de Viena y Popper.

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Civilización de la muerte y eutanasia



La eutanasia es el desprecio a la vida frágil, y necesitada de cuidado y atención. Con color de compasión e invocando un auténtico “humanismo” se ofrece una “ayuda” pensada más para las compañías de seguros, el estado, las clínicas y hospitales, y para los familiares (para todos una carga menos) que para el propio paciente. La eutanasia es una forma extrema de egoísmo, propia del individuo y no de la persona. Los que hoy matan amparados por estas leyes mañana perecerán víctimas de su propio invento.

Conceptos generales en torno a la Muerte Digna y a la Eutanasia



Sobre el suicidio asistido

http://www.youtube.com/watch?v=C9tMiPgH4lw

Cuando se legaliza la eutanasia, se vuelve incontrolable

Eutanasia, calidad de vida y cáncer

"La medicina paliativa elimina el dolor, pero la eutanasia elimina al paciente"

"Pesadilla de la eutanasia para los más débiles"

La eutanasia a nivel mundial

Cómo refutar los argumentos a favor de la eutanasia y el suicidio asistido

¿Por qué NO a la Eutanasia?

El debate sobre la eutanasia

La dignidad de la persona

Eutanasia 100 preguntas y respuestas

La larga sombra de Hitler

Testimonios

Pacientes podrán solicitar eutanasia

A sus 77 años María Luz Arrieta no quiere que en caso de una grave enfermedad la responsabilidad de interrumpir su vida recaiga en su familia. Por esto firmó un documento en donde expresa su deseo de no prolongar su existencia artificialmente.
“Lo importante es poder decidir en mi sano juicio, no quisiera que estando yo inconsciente, esta responsabilidad moral grave, recaiga en mis hijos”, explicó.



Sobre la marcha, el caso de Luis de Moya

Tras el golpe tenía, en términos técnicos, una interrupción medular completa a partir de C-4: la misma que padezco ahora. Es una lesión medular que conlleva, entre otras alteraciones físicas, la pérdida de sensibilidad y movilidad desde las clavículas hasta los pies…



"Ramón Sampedro nos hizo mucho daño a todos los que tenemos su misma lesión"



Murió Terry Schiavo



Historia de Jack Kevorkian


El derecho a afrontar la muerte con dignidad


Por la Dra. María Dolores Vila-Coro

Un joven de unos 30 años que tomó la palabra, exclamó sin el menor reparo: «Yo aprendí la dignidad. Cuando mi hermana y yo teníamos 14 y 16 años, mi abuela se puso muy enferma. Falleció después de un proceso de deterioro que duró unos dos años. Mis padres trabajaban y comían a mediodía fuera de casa. Mi hermana y yo nos encargábamos de lavarla, curarla y atenderla desde que volvíamos del colegio hasta entrada la noche en que regresaban mis padres. Nunca olvidaré su enfermedad y, su recuerdo de mujer valerosa me acompañará toda mi vida. Algunas veces teníamos que ponerle calmantes porque tenía unos dolores terribles. Había que bañarla, vestirla, hacerle la cama y como no controlaba sus esfínteres había que volverla a lavar. Teníamos que cambiarla a menudo de posición porque se llagaba y, a pesar de nuestro gran cuidado, le salieron algunas llagas que se cubrieron de pústulas malolientes. No insisto en los detalles pero basta decir que en cuanto al deterioro físico se refiere, el de mi abuela era de consideración. Nunca, ni un momento, perdió el ánimo, la sonrisa, las palabras de afecto y de gratitud para mi hermana y para mí. Rezaba una breve oración en voz muy baja por si queríamos acompañarla y terminaba diciendo: "Que el Señor os bendiga por lo que hacéis por mi". Cuando su salud fue empeorando apenas hablaba, pero nos envolvía con una noble y generosa mirada llena de cariño y de infinita ternura... Emanaba dignidad, una dignidad que superaba, trascendía su cuerpo maltrecho».


Yo escuché el relato conmovida por la lealtad de los nietos y la sencillez y el respeto con que el muchacho hablaba de su abuela. Recordé las palabras de Gabriel Marcel en su estudio sobre «La dignitè humaine»: «La calidad sagrada del ser humano aparecerá con más claridad cuando nos acerquemos al ser humano en su desnudez y en su debilidad, al ser humano desarmado tal como lo encontramos en el niño, el anciano, el pobre».

Comprendí que no hay que hablar del derecho a una muerte digna, pero sí del derecho a afrontar la muerte con dignidad.

Más testimonios



http://www.youtube.com/watch?v=cTqumXHWkE4


Para nuestra reflexión

1. ¿Qué desconocen los partidarios de la eutanasia?


2. Analice el caso de Terry Schiavo desde la perspectiva bioética.


3. Comente la frase de Gabriel Marcel.


4. Compare los videos.


5. Comente las intervenciones de sus compañeros.

jueves, 27 de agosto de 2009

Personalismo y conservación de la vida




Persona y dignidad

Hoy casi nadie niega en teoría que todo hombre es "persona". Tiempo ha habido en el que se discutió sobre si la mujer lo era; o si los negros, indios y esclavos en general, tenían "alma". Se trataba de dilucidar -o de confundir, según los casos- la igualdad o desigualdad radical entre los seres humanos todos. Hoy, las expresiones "dignidad humana", "dignidad personal", "derechos humanos", están siendo muy empleadas, y esto es bueno… En la práctica se niega la igualdad de derechos - lo cual es tanto como negar la igualdad de "ser" o de "naturaleza" - a los seres humanos no nacidos, o nacidos con alguna deficiencia notable, o a los enfermos que suponen una carga para la familia o para la sociedad, a los deficientes mentales, etcétera. En los últimos lustros se extiende además la práctica de la manipulación genética en embriones humanos, como si fueran simples objetos, medios o instrumentos para beneficio de los (adultos) poderosos del momento o de la circunstancia…

Por "persona" se entiende en la filosofía medieval una hypóstasis o suppositum, que como tal no se distingue de las demás sustancias, pero cuya naturaleza es racional. Lo que hace que la persona sea un ser superior no es el hecho de ser substancia, sujeto subsistente (en sí y no en otro), sino la racionalidad. La persona es una sustancia individual de naturaleza racional. La racionalidad se entiende como una cualificación de la sustancia que la eleva por encima de todas las demás y le presta una excelencia que merece un "miramiento" particular…

A los hombres nos fascina el mundo sensorial, y sentimos la tentación de rendirnos sin condiciones a sus encantos inmediatos. Pero al poco de gozarlo, el encanto se nos esfuma, se desvanece, desaparece de nuestro corazón como el agua entre los dedos. ¿Por qué? Porque el "ser" del hombre es más, supera, trasciende infinitamente el orden de los sentidos, de lo material e incluso de lo temporal.

La misma "in-satisfacción" o "in-comodidad" que - no sólo a la larga, sino bastante a la corta - produce la hartura de los sentidos, es un testimonio elocuente de la desproporción que existe entre el "ser" del hombre y el "ser" de lo que se le ha ofrecido para su satisfacción.
El hombre insaciable de sensaciones manifiesta que "es más" que sensación. El hombre "supera infinitamente al hombre", decía Pascal. En otros términos: el hombre nace para ser infinitamente más de lo que es; para superarse a sí mismo más allá de toda previsión biológica. Lo presentimos, lo atisbamos, pero la fascinación sensorial puede vencer ese impulso originario al infinito y eludir la profundidad de la pregunta "¿Qué es el hombre?".


http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2938


Desvelamiento de la dignidad de la persona


Yo soy lo "otro" que tú y tú eres lo otro que yo. "Yo" connota tanto mismidad como alteridad. Tú y yo somos "yoes" y en esto coincidimos: en el modo de ser, en la naturaleza o esencia; pero hay algo en lo que diferimos radicalmente, que es lo que se ha llamado acto de ser. El acto de mi ser o lo que me hace ser en acto es justamente lo que me hace ser yo y es radicalmente mío y de nadie más. Mi existencia, en efecto, se manifiesta incomunicable, como mismidad. Yo soy radicalmente otro respecto a todo lo demás. En el diálogo con las demás "personas" me experimento como una radical alteridad. Nadie puede decir yo en mi lugar ni yo puedo decirlo en lugar de otro. Pues bien, al que puede decir "yo" -con el sentido expuesto, no como un papagayo - le llamamos "persona". La mismidad es una característica de la persona: el "ser sí mismo". "Mismidad" y "alteridad" son términos correlativos…

Siguiendo con la experiencia del yo, advertimos que "ser sí mismo" comporta la experiencia del dominio sobre lo que uno hace. Yo vivo con la convicción de que poseo un conjunto determinado de facultades y potencias con las que entiendo, quiero, actúo, proyecto, etcétera, que son mías. Yo soy dueño y propietario de mis actos y por tanto de mí mismo. "Ser sí mismo" equivale a "ser de sí mismo".

¿De quién es la persona? Es una pregunta que no tiene mucho sentido. La persona no es ni puede ser de nadie más que de sí misma. El color es del pigmento, el peso es del cuerpo, la medida es de la extensión, el yo no es de nada ni de nadie. La persona es un ser que desde su inicio es completo, acabado, clausurado en su existencia (aunque no en su operación, siempre abierta al desarrollo o perfeccionamiento de su organismo, a nuevos actos, a nuevos horizontes y con necesidad de enriquecerse como persona en el trato con otras personas). La persona no es rigurosamente hablando de nadie. «Ser de alguien» es precisamente la negación del ser personal, la cosificación de la persona. Los padres - es el caso más comprensible - que consideran a sus hijos como algo que les pertenece en propiedad, no han entendido la noción de persona, no tratan a sus hijos como personas. Es verdad que son «hijos suyos», ellos los han traído al mundo, ellos los han procreado, pero lo que han procreado, por su propia naturaleza, no es nada «suyo». El hijo no es una realidad «adjetiva», sino «sustantiva», con un ser (personal) irreductible al ser de los padres me refiero tanto al padre como a la madre). La relación de paternidad/maternidad no es una relación de propiedad. El hijo no es una parte de la madre ni siquiera cuando antes de nacer está en su seno y vive a sus expensas. La diferencia entre persona y cosa hemos de comenzar a verla desde ahí, o no la veremos nunca…

La experiencia de ser origen y dueño de mis actos comporta la experiencia íntima de la libertad: yo soy origen de mis actos, pero de tal manera que puedo originar una acto determinado o no originarlo, según mi voluntad. Puedo querer o no querer. Puedo incluso querer o no querer mi querer. Esto es lo específico de la libertad: la posibilidad no sólo de querer, sino de querer reduplicativamente, es decir, de poder querer mi querer o no querer y de poder no querer mi querer o no querer…

http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2939

La dimensión supracósmica de la existencia humana


Si el alma es inmortal, por ser incorruptible, por ser espiritual, por carecer de partes, de composición, y ser en sí, existir de suyo desde el momento de la creación, entonces todos sus actos libres, "personales" tienen también una dimensión de eternidad. Cada uno de nuestros actos, que sucedan ahora, en el tiempo, gravitarán decisivamente sobre nuestra eternidad…

La libertad es una manifestación de la índole espiritual del alma humana. El acto supremo en el que la libertad se manifiesta es aquél en el que demuestra su trascendencia y dominio sobre el cuerpo… Mi cuerpo, lo que en mí es pura materia, puede estar arrojado a un calabozo inmundo, mis manos y mis pies encadenados, pero a pesar de ello yo sigo siendo libre, y aun cuando no sea dueño de mi corporalidad siempre podré decir que no a lo que se me pide. El hombre es libre porque su espíritu está por encima de todos los poderes terrenos, y son muchos los seres humanos que han demostrado así la victoria del espíritu sobre el cuerpo, el triunfo de lo que no es visible en su ser, sobre aquello que podemos percibir con nuestros sentidos…

Es de advertir que esta concepción del hombre como trascendente al cosmos es muy razonable, aunque haya quienes no la comprendan… Quien conserve un cierto sentido metafísico - por lo demás, natural al ser humano desde que despierta al uso de razón -, puede entender perfectamente lo que dice seguidamente John Eccles: «Del alma podemos conocer muchas cosas: los sentimientos, las emociones, su percepción de la belleza, la creatividad, el amor, la amistad, la libertad, los valores morales, los pensamientos, las intenciones... Es decir, todo "nuestro mundo"; en otras palabras: lo más específicamente humano. Porque todo esto que acabo de mencionar se relaciona con la voluntad. Y es en la experiencia de la voluntad donde se estrella el materialismo y cae por su base. El materialismo no puede explicar el hecho de que yo quiera hacer algo y lo haga.

»De una parte, la actividad cerebral nos permite realizar acciones de modo automático. Hay mucho automatismo en nuestra conducta. Pero también es claro que existe un nivel de conciencia en el que la originalidad de la decisión es patente. Por ejemplo, cuando camino, "quiero" ir más deprisa o más despacio. Incluso podemos envolver casi todo en la conciencia: "quiero" andar con aire de Charlot, pensando cada paso y cada movimiento...»

Sobre la fácil pero falsa reducción del alma a cerebro es también ilustrativo lo que dice el eminente científico: «Hasta hace poco, nada sabíamos de ondas electromagnéticas y de áreas cerebrales, y hay gente que no lo sabe tampoco ahora. Pero todos, y desde antiguo, sabemos de "nuestra vida". Y nuestra vida la expresamos en palabras y acciones, para lo cual necesitamos obviamente el cerebro, pero también necesitamos muchas veces de la laringe o de los músculos de la mano; y ni la laringe ni la mano son el origen o la explicación de "nuestra vida". Tampoco lo es el cerebro. El cerebro no explica qué es y cuál es el origen de "nuestra vida" humana, personal, inteligente y libre. Desde luego es muy importante investigar sobre la físico química cerebral, pero quien sabe de "nuestra vida" es nuestro "yo", no el cerebro. Y nuestro "yo" no es en modo alguno un producto físico químico».


http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2940

La persona, fin en sí misma, no de sí misma


El valor de la persona es tal -escribía el entonces Cardenal Karol Wojtila, luego Juan Pablo II- que ante ella sólo el amor es la actitud justa. Y el amor quiere al otro por sí mismo, no porque le sirva o resulte útil. La persona no se encuentra en la lista de las cosas "útiles" o "instrumentales". Por eso dice A. Rodriguez Luño: "siempre que tu acción se refiera a la persona, propia o ajena, no olvides que no estás ante un simple medio instrumental; ten en cuenta, por el contrario, que ella tiene también su propia finalidad."

La pareja que se crea con "derecho" a "tener un hijo", está negando al hijo la cualidad y los derechos de la "persona"; niega de hecho que sea "un fin en sí mismo" y lo convierte en "medio" para satisfacer las propias apetencias, cosa que no hace ni el mismo Dios. No cabe olvidar que en ningún caso el fin bueno justifica un comportamiento intrínsecamente malo. Y, sin duda, tratar a la persona como medio, es muy grave.

La persona que se arroga el "derecho" no de engendrar mediante un acto de amor (único modo digno de poner en la existencia a una persona), sino de "producir" el ser de otra persona, está tomando a la persona no como lo que es y ha de ser -un don del Creador-, sino como una cosa de la que puedo disponer a mi antojo, como algo que está a "mi servicio", como un "medio" de satisfacer apetencias que pueden ser muy nobles, pero que no justifican la reducción de lo que sustancialmente es fin, a un simple "medio para mí".

Ya se comprende que instrumentalizar, objetualizar, cosificar de un modo u otro la persona es algo monstruoso: éticamente, o lo que es lo mismo, humanamente hablando es una barbaridad, un acto salvaje, vale decir un "sacrilegio", porque no en balde se ha dicho siempre en el cristianismo y aun al margen de él, que la vida humana - toda vida humana - es sagrada . Y lo es cualquier que sea su raza, su buena o mala formación o su pequeño o grande tamaño.


http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2941


Personalismo

Es toda aquella doctrina que mantiene el primado ontológico, ético y social de la persona. Más que de un sistema claramente delimitado, se trata de una concepción de contornos poco delineados y que engloba bajo sí posturas filosóficas de tendencia muy diversa con el denominador común de la exaltación de la dignidad de la persona.

Características fundamentales del personalismo:

1) Primacía de la persona en el orden óntico; todo el dinamismo del ser culmina en la personalización, de tal modo que, como señala E. Mounier, para el p. es la persona la realidad central del universo.

2) Como consecuencia, el p. se pone a toda doctrina que disminuye el valor óntico de la persona, ya por reducirla a «uno más» entre los seres de la naturaleza -caso de las diversas formas de materialismo- ya por considerarla como una mera epifanía de un principio superior -caso del idealismo absoluto.

3) Éticamente, la dignidad de la persona se cifra en que es la única que tiene capacidad para realizar los valores.

4) En la esfera socio-política el p. se opone tanto al colectivismo o comunismo como al individualismo.


http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=5871&cat=filosofia


http://www.personalismo.org/_private/personalismo/queeselpersonalismocm.htm


Para nuestra reflexión


1. ¿El pensamiento y la persona, la libertad y el amor no son más que una combinación -aunque complejísima - de elementos materiales?

2. ¿El hombre es una “pasión inútil”?

3. ¿El personalismo sigue vigente?

4. Analice el siguiente caso: http://www.amnesty.org/es/news-and-updates/news/aumenta-presion-justicia-mujeres-solaz-20090814 , ¿cabe la pena de muerte para los protagonistas del abuso?

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.