lunes, 23 de agosto de 2010

Reproducción asistida y bioética



La inseminación artificial (IA) puede realizarse con semen fresco o congelado que puede ser:

a) del marido o IA homóloga (IAH),

b) de un donante anónimo o IA heteróloga por donante (IAD).

Hecha esta distinción, ¿qué podemos decir de cada una de ellas? No es difícil descubrir la convergencia/divergencia de intereses de los padres, de los científicos, de la sociedad, de la Iglesia y del niño concebido. ¿Quién debería mediar y buscar la mejor solución? Cada año, nacen en Estados Unidos por medio de la inseminación artificial entre 30 mil y 75 mil niños...


El hijo a cualquier precio en el mercado de la fertilidad

La realidad francesa, similar a la española, es que “hay poca información sobre la tasa de éxito en la técnicas de fecundación in vitro. Las clínicas dan porcentajes de entre el 20 y el 30 por ciento”, afirma el doctor Guillermo López, director de Ginecología de la Clínica Universitaria de Navarra. “En medicina, una técnica con un 70 por ciento de fracasos no se haría, no se admitiría, pero aquí todo vale. Como las familias buscan el hijo desesperadamente, se les ofrecen novedades, añadidos que puedan darles más garantías y se encarece todo el proceso técnico: es una industria muy rentable y las posibilidades son muy amplias”.



El 49% de las parejas donan los embriones para investigación

La ciencia también se beneficia de la tradicional solidaridad de los donantes en España. Un estudio ha constatado que el 49% de un centenar de parejas andaluzas que se sometieron a tratamientos de fecundación in vitro (FIV) ha donado los embriones sobrantes para investigar con células madre.

La legislación española proporciona cuatro salidas para este material biológico. Una es la donación para la ciencia, vinculada siempre a un proyecto concreto del que debe informarse a la pareja, que fue la opción elegida por el 49%. Otra es conservar los embriones durante el periodo de fertilidad de la mujer porque la pareja estima probable que aumentará la descendencia en el futuro. A esta vía se acogió el 44% de las familias entrevistadas.

La tercera alternativa consiste en donar los embriones a otras parejas con dificultades para reproducirse. Fue elegida por menos del 7% de las personas consultadas. Este reducido porcentaje, según Cortés, arranca del rechazo de las parejas a la posibilidad de que sus hijos biológicos se integren en otras familias y "no conozcan a sus hermanos".

La última posibilidad que contempla la ley española es la descongelación sin ningún fin, lo que en la práctica significa destruir los embriones sobrantes. Sólo una de las 97 parejas estudiadas se inclinó por deshacerse de los embriones.



El precio humano de la nueva tecnología biomédica. Entrevista con Leon R. Kass



La medicina moderna se está haciendo más poderosa en su combate contra la enfermedad, la vejez y la muerte, en un progreso por el que debemos estar muy agradecidos. Pero si observamos los avances –o los proyectos– en tecnología genética y reproductiva, en neurociencia y en psicofarmacología, en el desarrollo de órganos artificiales e implantes de chips, etc., vemos que algunas de estas nuevas prácticas sobrepasan los objetivos tradicionales de la medicina, a saber, curar la enfermedad y aliviar el dolor. Algunos las celebran sin objeciones: unos pocos científicos y biotecnólogos, quienes los financian, los futurólogos y los "partidarios de la inmortalidad".

Podemos iniciar una deshumanización del hombre, de cuyas consecuencias aún no somos conscientes. Por ejemplo, la investigación con células madre embrionarias: no es sólo que se destruyan los embriones, es que además nosotros –quienes los empleamos– nos insensibilizamos, corrompemos y desnaturalizamos.



Tecnologías de la reproducción



La tecnología de la reproducción asistida es una de las más debatidas de la medicina hoy. El primer niño nacido en este país como resultado de una fertilización in vitro fue en l98l. En l997, el último año del cual tengo cifras había 24.000 nacidos por fertilización in vitro. Esto trae la pregunta de si la infertilidad es una enfermedad. ¿Es una enfermedad el no quedar embarazada?

Hay un mercado muy grande de embriones congelados. Hay alrededor de 50.000 embriones en varios criobancos en el país. ¿Qué podemos hacer? La congelación solamente preserva el embrión por cinco o seis años. Algunos empresarios tienen su respuesta: Véndalos. Un reportero de la empresa mostró que si usted va a Columbia University pueden preguntarle qué clase de bebé quiere, según su físico, su ancestro étnico, sus bases educativas, y ellos escogerán un embrión congelado que coincida perfectamente con lo que usted quiere, se lo venden e implantan en el vientre de su esposa o de su compañera, todo por $2.750.






Reino Unido: Dos hijos de la probeta quieren conocer a su padre. Apelan a la Convención Europea sobre los Derechos Humanos





Criterios orientadores de la investigación científica


La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites. Sería por ello ilusorio reivindicar la neutralidad moral de la investigación científica y de sus aplicaciones. Por otra parte, los criterios orientadores no se pueden tomar ni de la simple eficacia técnica, ni de la utilidad que pueden reportar a unos a costa de otros, ni, peor todavía, de las ideologías dominantes. A causa de su mismo significado intrínseco, la ciencia y la técnica exigen el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la moralidad: deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables y de su bien verdadero e integral según el plan y la voluntad de Dios.






Para nuestra reflexión


1. ¿Cuál es la principal objeción ética contra la IA?

2. ¿Debería acceder a la IA una mujer, soltera, en unión libre o viuda?

3. Nombre dos criterios objetivos que deben considerar todos aquellos que están pensando en recurrir a la IA.

4. ¿A los esposos les asiste el derecho a tener un hijo? Explique.

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.


Para pensar


Queridos hermanos y hermanas, como decía el miércoles pasado, probablemente nosotros no estamos llamados al martirio, pero ninguno de nosotros está excluido de la llamada divina a la santidad, a vivir de una manera elevada la existencia cristiana y esto implica tomar la cruz de cada día sobre uno mismo. Todos, sobre todo en nuestro tiempo en que parecen prevalecer egoísmo e individualismo, debemos asumir como primer y fundamental compromiso el de crecer cada día en un amor más grande a Dios y a los hermanos para transformar nuestra vida y transformar así también nuestro mundo. Por intercesión de los Santos y de los Mártires pidamos al Señor que inflame nuestro corazón para ser capaces de amar como Él nos ha amado a cada uno de nosotros. (Benedicto XVI)


sábado, 7 de agosto de 2010

Origen de la vida y aborto





Gianna Beretta Molla: Ama de casa, entre la vida y la muerte

Al tercer mes del cuarto embarazo, un fibroma en el útero amenaza la vida de su hijo. Como médico, Gianna sabe muy bien de qué se trata: deberá internarse en el hospital y someterse a una seria operación quirúrgica para extraerle el tumor. Como solución rápida y segura del problema los médicos aconsejan el aborto, pero Gianna insiste: — No lo permitiré jamás. No se preocupe por mí, basta que vaya bien el niño...



«Aborté porque me sentí acorralada como un animal»

Hace tres años tenía la edad de 23, estaba viviendo como cualquier joven de esta edad las experiencias que esta sociedad prometen ser las mejores. Sin una mentalidad aún formada porque a diario recibimos tanta información de diversas cosas, que no llegas a distinguir lo que deseas realmente de tu vida y de tu persona, no te dan tiempo a pensar, únicamente te dedicas a vivir manejada como marioneta por la mano del hombre que forman las sociedades.
Pues bien, al no tener esta formación y vivir superficialmente, me quedé embarazada. Mi mundo, el que ya no existía desde hace unos años, desde que exactamente creí poder ser independiente del seno familiar porque así me lo hacia entender todo lo que me rodeaba, pues ese mundo de ficción se me hundió, me sentí acorralada como cualquier animal que se siente acechado por otro ser mucho más fuerte el cual puede aplastarte...



El aborto en los casos de abuso sexual



Mi hija Marta nació con tan sólo 6 meses de gestación



El comienzo de la vida humana

En toda la discusión ética sobre el aborto hay una interrogante fundamental. Frecuentemente esa pregunta viene formulada así: ¿Cuándo comienza la vida humana?...

La fecundación

La opinión oficial de la Iglesia católica afirma que el derecho a la vida del nuevo ser arranca desde el momento de la fecundación, es decir, desde el momento en que se constituye la realidad biológica del zigoto o célula-huevo, resultante de la fusión del óvulo y del espermatozoide. Es importante subrayar que el proceso de fecundación no es un hecho puntual e instantáneo, sino que la singamia o unión del complemento cromosómico de las células germinales masculina y femenina dura varias horas. Esta postura es compartida igualmente por otras personas, aunque no estén incluidas dentro del campo católico.

De acuerdo con esta posición, la fecundación constituye un salto cualitativo en relación con las células germinales precedentes antes de su fusión. El zigoto resultante tiene una relevancia equiparable a la del recién nacido por las siguientes razones:

- Es una realidad biológica humana: aunque su apariencia externa sea equiparable al zigoto de otras especies animales, sin embargo, atendiendo a sus factores genéticos -a los aproximadamente 50-100.000 genes característicos de nuestra especie- hay que decir que la información genética existente en la célula-huevo es humana y solamente humana.

- En la información genética existente en el zigoto se «prefigura» el individuo humano que se va a desarrollar a partir de aquél. Indiscutiblemente, los factores que actúan durante el desarrollo embrionario van a jugar un papel muy importante en el troquelado del nuevo ser. Sin embargo hay que decir que cada ser humano -excepto en el caso de los gemelos monozigóticos- es un ser único e irrepetible en la historia de la humanidad y que su singularidad e irrepetibilidad está ya presente en ese zigoto del que tomó origen su ulterior desarrollo…

- En el debate sobre el aborto se ha afirmado con frecuencia que el embrión o el feto son una parte del cuerpo de la madre, de la que ésta, por tanto, puede disponer como de un apéndice. Esta afirmación es, biológicamente y con toda claridad, falsa. El nuevo ser no es una parte del organismo materno, sino una realidad biológicamente distinta -y que sin embargo, sorprendentemente, no es rechazada como un «cuerpo extraño»-, que muy desde el principio comienza a dirigir su propio proceso de desarrollo, sintetizando sus propias proteínas y enzimas, que son distintas de las de su madre. El nuevo ser es, durante el desarrollo embrionario, sumamente dependiente del organismo materno, pero es, al mismo tiempo, autónomo, ya que es él mismo el que dirige su propio proceso de desarrollo. Utilizando una comparación, puede decirse que el nuevo ser es «arquitecto» de sí mismo en un doble sentido…




El cerebro de la mujer embarazada

El proceso biológico natural del embarazo reduce el estrés en la mujer, al desactivar la hormona cortisol, y aumenta la confianza, al liberar oxitocina. Esta transformación se suma a otros cambios hormonales del cerebro de la mujer a partir del día 15 cuando, implantado en el útero, el embrión se comunica con los tejidos de la madre.



El embarazo cambia el cerebro de la mujer





Todo sobre el aborto



« Mi embrión tus ojos lo veían » (Sal 139 138, 16)

La gravedad moral del aborto procurado se manifiesta en toda su verdad si se reconoce que se trata de un homicidio y, en particular, si se consideran las circunstancias específicas que lo cualifican. Quien se elimina es un ser humano que comienza a vivir, es decir, lo más inocente en absoluto que se pueda imaginar: ¡jamás podrá ser considerado un agresor, y menos aún un agresor injusto! Es débil, inerme, hasta el punto de estar privado incluso de aquella mínima forma de defensa que constituye la fuerza implorante de los gemidos y del llanto del recién nacido. Se halla totalmente confiado a la protección y al cuidado de la mujer que lo lleva en su seno. Sin embargo, a veces, es precisamente ella, la madre, quien decide y pide su eliminación, e incluso la procura. (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 58)

Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal. En realidad, « desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre... la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar ». Aunque la presencia de un alma espiritual no puede deducirse de la observación de ningún dato experimental, las mismas conclusiones de la ciencia sobre el embrión humano ofrecen « una indicación preciosa para discernir racionalmente una presencia personal desde este primer surgir de la vida humana: ¿cómo un individuo humano podría no ser persona humana? ». (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 60)

La disciplina canónica de la Iglesia, desde los primeros siglos, ha castigado con sanciones penales a quienes se manchaban con la culpa del aborto y esta praxis, con penas más o menos graves, ha sido ratificada en los diversos períodos históricos. El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía para el aborto la pena de excomunión. También la nueva legislación canónica se sitúa en esta dirección cuando sanciona que « quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae », es decir, automática. La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido: con esta reiterada sanción, la Iglesia señala este delito como uno de los más graves y peligrosos, alentando así a quien lo comete a buscar solícitamente el camino de la conversión. En efecto, en la Iglesia la pena de excomunión tiene como fin hacer plenamente conscientes de la gravedad de un cierto pecado y favorecer, por tanto, una adecuada conversión y penitencia.

… declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia. (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 62)

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae_sp.html


Para nuestra reflexión

1. ¿La defensa de la vida de su hijo por nacer que hizo Gianna Beretta Molla, es heroica? Explique.

2. ¿Qué tipo de ayuda necesitan las jóvenes que piensan en abortar a sus hijos? Explique.

3. ¿Por qué es importante el debate sobre el comienzo de la vida humana? Explique.

4. ¿Cuál es el cambio más beneficioso en el cerebro de la mujer embarazada? Explique.

5. ¿Qué significa la expresión: “intrínsecamente ilícito”? Explique. 


6. Comente las intervenciones de sus compañeros.


Para pensar

… el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia. Desde los orígenes de la Iglesia, la predicación apostólica inculcó a los cristianos el deber de obedecer a las autoridades públicas legítimamente constituidas (cf. Rm 13, 1-7, 1 P 2, 13-14), pero al mismo tiempo enseñó firmemente que « hay que obedecer a Dios antes que a los hombres » (Hch 5, 29)… En el caso pues de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a ella, « ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto ». (Juan Pablo II, Evangelium vitae, 73)


domingo, 1 de agosto de 2010

Necesidad de la bioética







El nacimiento de la bioética responde a la necesidad de una reflexión racional, ética, de algunos problemas que comenzaban a plantearse, o llevaban tiempo apareciendo, en el ámbito biomédico de la segunda mitad del siglo XX. Entre los múltiples elementos que contribuyeron a su aparición ocupan un lugar de primer orden los abusos sobre seres humanos que se habían dado los decenios anteriores en el contexto de la experimentación clínica. Algunos de esos abusos, entre los que siempre se destacan los llevados a cabo por algunos médicos nazis, se han convertido en ejemplos paradigmáticos de lo que la bioética debería impedir que volviera a repetirse.


Tres experimentos inconcebibles


El primero tuvo como escenario la Willowbrook State School, una escuela para niños con retraso mental grave. En esta institución un pediatra especialista en enfermedades infecciosas inició un estudio con la intención de obtener una vacuna eficaz contra la hepatitis. Entre 1956 y 1970 algunos médicos infectaron intencionadamente entre 700 y 800 niños con distintas cepas del virus. Los padres habían firmado previamente un módulo de consentimiento en el que se ocultaba el verdadero objetivo del estudio. Además habían sufrido amenazas de perder la plaza en el colegio si rechazaban la participación de sus hijos en la experimentación.


El segundo estudio, realizado en 1963, tuvo lugar en el Jewish Chronic Disease Hospital de Nueva York, donde un grupo de investigadores inyectó células tumorales a 22 ancianos, algunos de los cuales sufrían demencia, con el fin de aumentar los conocimientos científicos en el área de los tumores.


La tercera experimentación es conocida como Tuskegee Syphilis Study, y tuvo lugar entre 1932 y 1972. Su promotor fue el Servicio Sanitario Público del Gobierno Federal, y su objetivo era el estudio de la evolución natural de la sífilis dejada sin tratamiento médico alguno. Los sujetos de la investigación eran trabajadores de color de Alabama (399 los infectados y 201 como grupo de control). Se les dijo que tenían una enfermedad denominada “mala sangre”, para la que estaban recibiendo un tratamiento. A pesar de la extensión a final de los años Cuarenta del uso de la penicilina, estos pacientes siguieron sin recibir tratamiento alguno. Muchos llegaron a desarrollar las graves manifestaciones de la sífilis cerebral, propias de los estadios finales de la enfermedad.


La publicación de estos trabajos provocó gran revuelo en la opinión pública y obligó al gobierno nacional a tomar cartas en el asunto.





Bioética y ciencia



Históricamente la bioética ha surgido de la ética médica, centrada en la relación médico-paciente. Una definición que puede ayudarnos señala que la bioética es “el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales” .

Como en cualquier campo de la ética, se trata de estudiar la conducta humana libre. Lo específico de la bioética es que contempla esa conducta en aquellas actuaciones que afectan a la vida y la salud humana; y lo hace desde una perspectiva moral y de forma sistemática.

El estudio de la bioética requiere conocimientos de moral y conocimientos científicos. La falta de uno de ellos implica falta de comprensión cabal de los problemas bioéticos: estos no pueden ser dejados solamente en manos de científicos, ni de solo moralistas. Requieren una colaboración interdisciplinar. Ejemplo de lo primero fue la histórica decisión de un tribunal inglés de adoptar como legal la opinión de los médicos sobre qué hacer con unas niñas siamesas: la solución fue matar a una de ellas con el fin de salvar a la otra.

http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2659






Concepto de bioética y corrientes actuales

El término bioética tiene un origen etimológico bien conocido: bios-ethos, comúnmente traducido por ética de la vida. El autor del término, V.R. Potter, oncólogo de origen holandés, intuyendo la influencia que podían tener las variaciones ambientales en la salud del hombre, acuñó la palabra con la finalidad de unir mediante esta nueva disciplina dos mundos que en su opinión hasta ese momento habían transitado por caminos distintos: el mundo de los hechos, de la ciencia, y el mundo de los valores, y en particular la ética. Potter entendía la bioética como Global bioethics, a saber, una ética de la vida entendida en sentido amplio, que comprendiera no sólo los actos del hombre sobre la vida humana, sino también sobre aquella animal y medioambiental. Posteriormente se redujo la bioética a la dimensión médico-sanitaria. Hoy en día asistimos a la recuperación del concepto de bioética entendida como bioética global, más adecuada a todos los problemas que se plantean, pensemos por ejemplo en las catástrofes naturales debidas a la contaminación ambiental o a la negligencia humana.

Después de diez años navegando por los mares de la bioética, he elaborado una definición, o caracterización general, que incluye a mi modo de ver los elementos más relevantes a la hora de comprender su objeto, significado y método. Es la definición que enseño a mis estudiantes en el aula y la que generalmente utilizo para explicar esta disciplina tan joven. “La bioética es el estudio sistemático e interdisciplinar de las acciones del hombre sobre la vida humana, vegetal y animal, considerando sus implicaciones antropológicas y éticas, con la finalidad de ver racionalmente aquello que es bueno para el hombre, las futuras generaciones y el ecosistema, para encontrar una posible solución clínica o elaborar una normativa jurídica adecuada”.






¿Bioética o bioéticas?



A primera vista el término bioética católica puede parecer una contradicción en sí mismo. ¿Cómo puede la bioética, siendo una disciplina que generalmente en la práctica es secular, denominarse católica —término que denota un contexto religioso? ¿Existe acaso la química católica o las matemáticas católicas?



La bioética, como una disciplina intelectual particular, una subdisciplina de la ética, se ocupa de guiar las decisiones morales en un contexto médico y de ofrecer principios mediante los cuales se puedan resolver los conflictos que surgen en el proceso de toma de decisiones. Asume los valores provenientes de otras fuentes para fundamentar dichas decisiones. La bioética católica, por su parte, acepta sus valores de la fe católica vía reflexión teológica y enseñanzas de la Iglesia.




Bioética y persona

Hace unos decenios, este cometido no parecía particularmente difícil: ser humano y persona parecían sinónimos, hasta el punto que en el pensamientoantropológico y personalista se identificaban (en particular en importantes corrientes filosóficas del Novecento). Pero parece como si en el contexto cultural actual esta identificación estuviera en baja: la idea de persona está en profunda crisis.

http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2662 




Caso 1




Dos mujeres sometidas por primera vez a un trasplante cruzado de riñón







Caso 2




Dos filósofos debaten sobre los vientres de alquiler



Ruwen Ogien estima que “el Estado no debe imponer por la fuerza ninguna concepción moral particular. Como protege y defiende el pluralismo religioso, debe proteger y defender también, con todos los medios de los que dispone, el pluralismo moral, esto es, el derecho de cada uno a vivir según sus profundas convicciones morales, en la medida en que éstas no perjudiquen a los demás.”



Ogien plantea si resulta más problemático poner la capacidad de procrear a disposición de otros que donar en vida un riñón o una parte del hígado.

Agacinski afirma que “la donación de órganos entre vivos se orienta a salvar vidas, no a satisfacer una demanda. Es algo que se autoriza, de modo excepcional, entre miembros de una misma familia, excluyendo cualquier pago. No por eso deja de plantear problemas difíciles. En cuanto al uso de órganos de una persona para fabricar y parir al hijo de otra, es algo intrínsecamente inadmisible, porque consiste en tratar a un ser humano como una máquina o como un animal de cría. En un rebaño, las hembras sirven para producir las crías en interés del criador. Aquí se pretende que las mujeres sirvan de hembras reproductoras porque se les remunera por ello. Dondequiera que se da esta práctica hay siempre un mercado, nunca es gratuito.”







Para nuestra reflexión






1. ¿La bioética es filosofía? Explique.



2. ¿Existen distintas formas de hacer bioética? Explique.



3. ¿Existe algo cuestionable en el caso 1? Explique.



4. Mencione dos criterios que permitan calificar claramente la actuación de las mujeres en el caso 2. Explique.

5. Comente las intervenciones de sus compañeros.


Para pensar

Precisamente a causa de las necesidades y dificultades de cada día, Jesús exhorta con fuerza: "Os aseguro: pedid y se os dará, busca y encontraréis, llamad y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre" (Lucas 11, 9-10). No es pedir para satisfacer los propios gustos, sino más bien para mantener la amistad con Dios, quien, como dice el Evangelio, "dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan" (Lucas 11, 13). (Benedicto XVI)