La inseminación artificial (IA) puede realizarse con semen fresco o congelado que puede ser:
a) del marido o IA homóloga (IAH),
b) de un donante anónimo o IA heteróloga por donante (IAD).
Hecha esta distinción, ¿qué podemos decir de cada una de ellas?
No es difícil descubrir la convergencia/divergencia de intereses de los padres, de los científicos, de la sociedad y del niño concebido. ¿Quién debería mediar y buscar la mejor solución?
Enlaces de interés:
http://www.bioeticaweb.com/http://www.vidahumana.org/news/fecund-assist_nov00.htmlhttp://www.vidahumana.org/news/rep-art_oct00.htmlhttp://www.vidahumana.org/vidafam/repro/fecundart.htmlVeamos algunos casos…El caso de Margaret R. Brown, una joven y brillante estudiante de biología"Tengo un sueño recurrente: me veo flotando en medio de la oscuridad mientras giro cada vez más rápido en una región sin nombre, fuera del tiempo, casi no terrenal. Me angustio y quiero poner los pies en el suelo. Pero no hay nada sobre lo que plantar los pies. Esta es mi pesadilla: soy una persona engendrada por inseminación artificial con esperma de donante y nunca conoceré la mitad de mi identidad". Este es el testimonio con el que Margaret conmovió al mundo algunos años atrás.
Según Margaret, el problema radica en que "la inseminación artificial responde al interés de la intimidad de los padres y del médico, en vez de al interés del niño… Pero un hijo no es una mercancía ni una propiedad, es una persona que tiene sus propios derechos".
Para Jacques Testart, el primer investigador francés en practicar una inseminación artificial, este argumento nunca preocupó a los impulsores y empresarios de la fecundación in vitro, que han sabido explotar el deseo de hijos en matrimonios estériles o mujeres solas para asegurar sus propios intereses. Desde hace varios años Testart se opone rotundamente a estas prácticas "porque no respetan las normas morales y llevan a tratar al ser humano como una mercancía y no como una persona", algo que tristemente se comprueba día a día a una escala cada vez mayor.
http://www.aciprensa.com/vida/probeta.htmLos casos de Claire y Bill
Claire, cuyo apellido y residencia permanece en reserva, será la primera persona concebida por una técnica de fecundación asistida que conocerá al hombre que donó el esperma para su fertilización.
Claire podrá conocer a su padre porque fue concebida después que el Banco de Esperma de California se convirtiera en 1983 en el primero en Estados Unidos en preguntar a los donantes si estarían dispuestos a ser contactados por sus hijos biológicos cuando éstos llegaran a la edad adulta.
Cada año, nacen en Estados Unidos por medio de la inseminación artificial entre 30 mil y 75 mil niños.
Antes de la década de 1970, cuando surgieron los bancos de esperma, el semen para los experimentos era donado por médicos o estudiantes de medicina momentos antes de la inseminación artificial, y las parejas que se sometían al procedimiento recibían la recomendación de mantenerlo en secreto."Yo sospechaba que mi padre no era mi padre", afirmó Bill Cordray, un arquitecto de 56 años de Salt Lake City, quien conoció su origen a los 37 años.
"Me preocupaba la idea de que mi madre hubiera tenido una aventura", indicó Cordray, quien ha determinado que su padre es uno de los 30 estudiantes de medicina que se graduaron de la Universidad de Utah en 1945. El arquitecto se animó a escribirles pero tal vez nunca conozca a su progenitor.
http://www.aciprensa.com/notic2002/febrero/notic1472.htm#6Cuando no es posible negar lo evidenteUn reportaje que ocupó la primera plana del Washington Post, reveló el drama que se esconde tras las diversas técnicas de inseminación artificial y fecundación asistida, y que involucra a diario a cientos de familias que no imaginan las consecuencias de lo que muchos presentan como una "opción" fácil y sencilla.
Bajo el título de "What Kind of Choice Is That?" -¿Qué clase de opción es esa?-, el periodista David Finkel recogió los testimonios de parejas estadounidenses que se sometieron a estos tratamientos sin sospechar que su decisión les ocasionaría penosos sufrimientos.
Los Gross relataron cómo tras un duro tratamiento engendraron cinco bebés que sobrevivieron al embarazo, pero murieron poco después del parto. En el caso de Aymond, sus quintillizos nacieron aparentemente sin problemas, pero seis años después uno sufre de ceguera, dos padecen retraso en el habla y uno ha desarrollado problemas de atención.
Por su parte, Mary está embarazada, tiene tres bebés en el vientre y los médicos la presionan a enfrentar la decisión de abortar a uno de sus hijos para aumentar las posibilidades de sobrevivencia de los otros dos.
Mientras tanto, Kathleen DeLuca lleva cuatro años sometiéndose a todo tipo de técnicas de fertilización y ha comenzado a recibir inyecciones diarias con el mismo fin, sin que todavía vean resultados.
En Filadelfia, Mary y Lee esperaban trillizos, también debieron decidir entre un aborto o el riesgo de perder a sus bebés. Tomaron la primera decisión y ahora saben que fue la incorrecta. Mary nunca pensó que al aferrarse al deseo de ser madre, terminaría enfrentando el trauma de haber decidido la muerte de uno de sus hijos.
Según el Post, mientras los medios de comunicación de todo el globo elogian y se maravillan por los partos múltiples -producidos por las técnicas de fecundación asistida-, miles de parejas estériles creen ver en estos métodos el camino seguro para tener un hijo.
Sin embargo, como Aymond afirma, "nadie se da cuenta de que por cada caso exitoso, hay cuatro o cinco mujeres que nunca llegan a procrear".
Abortos espontáneos, partos prematuros, bebés con peso crítico, largos meses en hospitales, desarrollo de retrasos crónicos, parálisis cerebrales, ceguera y muerte son los frecuentes finales de este tipo de embarazos, que siguen multiplicándose desde el nacimiento de la primera bebé probeta en 1980.
De acuerdo al diario –que nunca ha tenido simpatías por la causa pro-vida-, este aspecto de las técnicas artificiales no suele ser publicado por el poder financiero de las clínicas que brindan los tratamientos y las políticas impulsadas por los gobiernos con el fin de reducir los casos fallidos.
http://www.aciprensa.com/notic1999/marzo/notic605.htmLa inseminación artificial sigue de moda Pueden existir muchos "motivos" para recurrir a la inseminación artificial, las razones sobran cuando las buscamos; pero, tal vez, no nos hemos detenido a pensar que en nuestras decisiones influyen también: las emociones, los sentimientos, nuestras percepciones (equivocadas o no), el ambiente, el nivel cultural, etc. Visto así, ¿será lo más conveniente buscar criterios objetivos antes de tomar graves decisiones?
El Hospital Reina Sofía de Tudela, del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, ha puesto en funcionamiento desde el pasado 2 de noviembre una consulta de fertilidad dotada con un laboratorio para realizar técnicas de inseminación artificial homóloga (IAH). La consejera de Salud del Gobierno de Navarra, María Kutz, visitó esta mañana las instalaciones de esta nueva dotación del hospital de la Ribera.
Las imágenes eróticas televisivas, ciertas voces y músicas que surgen de los medios, los afiches callejeros, las líneas calientes, los intercambios por Internet, las vestimentas sugerentes, los sobrentendidos y la proliferación de referencias sexuales en casi todos lo ordenes sociales parecen habernos arrojado a una especie de pansexualismo o inflación de la sexualidad. Sin embargo, este innegable fenómeno obsceno no es un invento posmoderno. Su origen, fundamento y desarrollo comenzó en plena madurez de la modernidad. Nosotros, simplemente, asistimos a su consumación. Y como sabemos, lo que se consuma, se consume.
La soledad, la falta de encuentro, la desilusión de lo que debería haber sido y no es… Cuatro amigas de entre 28 y 34 años, cuatro historias y varios interrogantes: Vera (Tobal) quiere triunfar profesionalmente, pero... ¿A qué costo?; Lina (Molina) quiere al príncipe azul, pero... ¿Dónde encontrarlo?; Mara (Bestelli) quiere un hijo, pero... ¿Con quién? e Inés (Angheleri) quiere casarse, pero... ¿Cómo? Yo soy sola es una comedia dramática que habla de mujeres, damas que no encuentran, que no entienden y se preguntan cómo se construye el amor en los tiempos que corren. A esta nueva generación, los sociólogos la llaman "la generación del silencio", mujeres sin un modelo de ser mujer.Entre logros profesionales, carpetitas tejidas al crochet, inseminaciones artificiales, príncipes azules que no llegan, casamientos, espermas comprados y congresos feministas, Yo soy sola intenta dar voz a ese silencio.